Biblioteca humana. Archiveras del humo. Un recorrido por Tabakalera

La  Biblioteca humana es un proyecto que se gestó en Copenhague en 1993 como movimiento para incentivar el diálogo y el entendimiento, a través del intercambio de conocimientos y experiencias.

La necesidad de comunicación del ser humano a través de cualquier medio es tan vieja como el mismo ser humano. Frente al protagonismo del uso de nuevos medios de comunicación, este proyecto se centra en las personas y las relaciones que se establecen a través de sus vivencias, experiencia y conocimientos.

En esta sesión de la biblioteca humana, tendremos como protagonistas a las archiveras del humo
Este grupo, formado por varias cigarreras de la fábrica de tabaco y varias trabajadoras del actual centro cultural, se ha convertido desde 2015 en un espacio de creación y pensamiento.
En este camino se ha conformado el archivo colectivo "Memoria viva de Tabakalera". En ella se recogen diferentes materiales guardados durante años o creados en grupo, sacando a relucir diferentes visiones y aspectos sobre la historia de Tabacalera y Tabakalera.

*para consultar el archivo digital

A través de entrevistas cruzadas, las protagonistas de la biblioteca humana, desde el archivo Memoria viva de Tabakalera compartirán historias de vida, memorias compartidas y reflexiones en 4 rincones o espacios diferentes.

Rincones y ponentes:

1 - Grupo de mujeres que trabajan juntas

El número de trabajadoras/es de la fábrica fue variable, según la época y el grado de mecanizado, siendo su momento más intenso durante los años veinte del siglo pasado, cuando había unas 1.000 trabajadoras en plantilla, casi todas mujeres. A medida que la máquina se incorporaba a los procesos de producción, los puestos más altos eran ocupados por hombres. La discriminación de género era evidente: diferencia salarial, limitaciones para fumar en los talleres, cláusulas en los contratos que impedían casarse o quedarse embarazada durante el primer año de trabajo...

2- A pie de máquina 

Al principio eran las cigarreras quienes liaban a mano puros y cigarrillos, y poco a poco las máquinas fueron ocupando metros cuadrados en los talleres. Picadoras, liadoras y empaquetadoras se distribuían por los tres primeros pisos, sumándose a las oficinas, la enfermería o el comedor. La relación con la máquina era muy particular y cada trabajadora la conocía a la perfección: sus defectos, sus virtudes, la forma de limpiarla, de encenderla y apagarla... La Hauni, la Schmermmund o la Sassib son elementos fundamentales en el relato de Tabacalera. A pesar de la precisión para la que estaban preparadas, a veces había que adaptar los cuerpos de las trabajadoras a sus formas, y acondicionar los espacios de trabajo para hacerlos más habitables.

3 - Materiales en deriva

En Tabacalera se fabricaban fundamentalmente Ducados, perotambién Celtas Cortos, Largos y Davidoff. El tabaco venía de Cáceres, SantoDomingo y Brasil, en fardos que había que separar, humedecer y picar, para después liar y empaquetar. Durante el proceso se utilizaban materiales para la producción final como papel, estaño, filtros o cartones, pero también había otros que derivaban de su transporte y almacenamiento como cinchas, grandes plásticos o rollos de papeles. El trabajo en las máquinas era mecánico y permitía ser combinado con otras tareas: el tiempo se aprovechaba para estudiar, intercambiar recetas e incluso confeccionar vestidos. Los materiales de trabajo pasaban a convertirse en detournements situacionistas,objetos que cambiaban de forma y consecuentemente de significado. En ocasiones eran hackeos funcionales para hacer el trabajo más confortable, como los realizados en los uniformes; otras veces se aprovechaban restos de materiales,que pasaban a tener un nuevo brillo.

4 -Salidas y entradas

La salida de las obreras de la fábrica era todo un espectáculo: decenas de mujeres atravesaban las puertas de Tabacalera, en grupo, cogidas del brazo y animadas por el fin de la jornada laboral. Se dice que incluso otras personas de la ciudad se acercaban a la entrada para presenciar el momento; se dice también que algunos hombres, compañeros de trabajo, llegaban antes de la hora para ponerse rápidamente el uniforme y mirarlas al entrar. Presentamos entre estos materiales también otras referencias al tema, como los mensajes que las trabajadoras escondían en cartones de tabaco para que llegaran a destinos desconocidos o las tarjetas para fichar. Se establecen, además, vínculos con las salidas y entradas del presente, en un edificio público con flujo permanente, en el que ya no hay que ser trabajador para tener acceso. Un grupo de cigarreras entró en primer lugar el 11 de septiembre de 2015, día de la inauguración oficial de Tabakalera como Centro Internacional de Cultura Contemporánea.