Angélica (una tragedia), Manuel Fernández-Valdes, España, 2016, 86' VOS
Empecemos por quienes no conocen a Angélica Liddell: Premio Nacional de literatura dramática, León de Plata en la Bienal de Teatro de Venecia y una de las voces-cuerpos-presencias más impactantes y arrolladoras del panorama internacional de las artes escénicas: pura fuerza y pura vida. Ahora, nota en forma de pregunta para el público que sí conoce a Angélica: ¿Pero puede una película acercarse y retratar una personalidad como la de esta artista? ¿Es posible que una experiencia que no sea estar frente a un escenario con Angélica sobre las tablas deje intuir la fuerza de su presencia y de sus obras? ¿Es eso posible?
Lo es. Esta es una película sobre una devota del arte; una película sobre la agitada relación entre creación y vida. “No es una película de cómo una artista ensaya su obra sino de cómo ensaya su vida. Sola ante un espejo”, explica el director Fernández-Valdés. Y así empieza todo: Angélica Liddell prepara su siguiente obra y Manuel Fernández-Valdés se propone retratarla. Liddell se ha convertido en una de las principales dramaturgas europeas y en su apuesta por el teatro autobiográfico expone hasta su dolor más íntimo. Una decisión que afecta a la esencia de su manera de trabajar y a todas las personas que trabajan con ella. Cada cual deberá decidir hasta dónde está dispuesto a llegar a su lado. El director de la película no permanecerá ajeno a la experiencia. A la tragedia.
Una película sobre Angélica Liddell: Premio Nacional de literatura dramática, León de Plata en la Bienal de Teatro de Venecia y una de las voces-cuerpos-presencias más impactantes y arrolladoras del panorama internacional de las artes escénicas.