Corpo celeste, Alice Rohrwacher, Italia, 2011, 100'
Marta tiene trece años y, tras diez años con su familia en Suiza, ha vuelto a vivir en el profundo sur de Italia, en Reggio Calabria, la ciudad donde nació. Marta es esbelta, atenta, con un paso ligeramente desequilibrado y una inquietud que la hace parecer una criatura salvaje. Mira y escucha todo, pero no recuerda mucho de su infancia en Reggio. La ciudad creció sin ningún orden, es por su ruido, edificios aún en construcción y viento, un mar que se ve cerca y parece imposible de alcanzar. Entre el hormigón emergen los restos de un pasado milenario, como si aquí la modernidad no fuera más que una fina capa de plástico que descansa sobre un mundo que nunca ha cambiado. Marta empieza de inmediato a asistir al curso de preparación para la confirmación, la edad es la adecuada, y además, todo el mundo repite, una gran manera de hacer nuevos amigos. En la parroquia Marta participa de los concursos de catecismo, canta Mi sintonizzo con dio y conoce al párroco Don Mario, un hombre solitario, ocupado y distante, que administra la iglesia como una pequeña empresa. Un día, debido a un pequeño accidente, Marta sale de la iglesia y se encuentra con Don Mario: un viaje en auto de unas horas, un encuentro, dos soledades que parecen acercarse por un momento y luego separarse definitivamente.
Primer largometraje de Alice Rohrwacher.