Función de noche, Josefina Molina, España, 1981, 90'
La actriz Lola Herrera tuvo su mayor éxito teatral con la interpretación del personaje de Carmen Sotillo, protagonista de “Cinco horas con Mario”, la conocida obra de Miguel Delibes que pasó de la novela al teatro.
En medio de este éxito, Lola Herrera sufrió una profunda crisis personal motivada por la identificación que vivió con el personaje que a diario representaba con una acogida desbordante, y que le hizo cuestionarse muchos aspectos de su propia vida. Incluso le llevó a desmayarse en escena mientras lo interpretaba.
Esta crisis vital conduce a una larga conversación con su ex-marido, el también actor Daniel Dicenta, cuando ya llevan quince años separados.
En el camerino del teatro donde representa la obra, entre la función de tarde y la función de noche, tiene lugar este singular encuentro entre ambos, en el que, por primera vez, van a hablar de múltiples aspectos de sus vidas de los que nunca han hablado y de los motivos de su fracaso matrimonial.
En diversos momentos de este diálogo Lola Herrera, obsesionada con su propia trayectoria e inquieta por su futuro, intenta descubrir las causas de su crisis y piensa en los caminos emprendidos para intentar salir de la misma: Sus visitas a una echadora de cartas en un intento por “desvelar su futuro”; sus consultas a un médico de cirugía plástica con el empeño, desaconsejado por el doctor, de someterse a una operación para reducir el volumen de sus pechos; sus paseos con su gran amiga Juana Ginzo, a la que pregunta en qué cosas ha fallado ella en la vida; la relación con sus hijos; su demanda de nulidad matrimonial ante el Tribunal Eclesiástico…
El resultado de esta búsqueda, a lo largo de la descarnada confrontación de Lola y Daniel, refleja el retrato de una mujer que es el retrato de muchas mujeres. Y también el de dos personas que valientemente han querido exponer su interior ante la cámara, para la reflexión de los demás y para plasmar toda una época y toda una generación.
“FUNCIÓN DE NOCHE” es una película única en la que el espectador (y en muchos casos aún con más interés el espectador no español) no sabe si asiste a un documento o a una ficción. En cualquier caso, a una película sobrecogedora.
“Función de noche” es una película única en la que el espectador no sabe si asiste a un documento o a una ficción.