Kékszakállú, Gastón Solnicki, Argentina, 2016, 72’, VOES, DCP
Adolescentes y jóvenes en el verano de Punta del Este, en las calles de Buenos Aires, atrapadas en el umbral de la edad adulta, en sus cuerpos, en sus miradas y actos, como si algo muy importante y fundamental para sus vidas estuviera a punto de suceder. Inspirada muy libremente en la ópera húngara de Béla Bartok El castillo de Barba Azul, la película recibió recibió el premio FIPRESCI de la crítica internacional y el Bistato D'oro de la crítica joven en el Festival de Venecia del año pasado.
Podríamos definir todo esto como una película de retratos: los encuadres y la fotografía son excelentes. También la luz. También el tono de misterio, pues de lo que se trata es de preguntarse y tratar de discernir qué está pasando por dentro, qué están sintiendo por dentro esos personajes. Hay un argumento que puede servirnos de primer apoyo: una historia de amor y desamor y una historia de búsqueda de trabajo y de futuro. Pero lo importante está precisamente en los márgenes de estas historias y tiene más que ver con la tragedia casi invisible que aporta la música de la ópera de Bartok, Una película hipnótica; sí, ligera y grave al mismo tiempo, retrato y ruptura de la clase alta argentina, casi un musical sin bailes ni canciones, de estilo austro-húngaro y elegante a más no poder.
“Hace cuatro años pasé un verano bajo el encanto de la única ópera de Bartók. Bartók viajaba con su fonógrafo por el Este de Europa, pocos años antes del estallido de la primera guerra mundial, recolectando la tradición oral de la música campesina y luego escribiendo sus obras a partir de esos materiales. En ese sentido Kékszakállu es un homenaje a Bartók y a sus viajes. Filmamos la primera parte de la película con un grupo muy íntimo de amigos y colegas sin un guion, sin personajes. Sólo con la premisa de Bartók en Punta del Este. Una constelación muy familiar y llena de posibilidades cinematográficas. Así fue que muy lentamente empezaron a aparecer las actrices y los motivos de la película. Hay una idea muy hermosa del Barba Azul de Fritz Lang (Secret Beyond the door, 1947) que dice que ciertas arquitecturas pueden también conducirlo a uno al homicidio”.
Inspirada muy libremente en la ópera húngara de Béla Bartok El castillo de Barba Azul, esta película recibió recibió el premio FIPRESCI de la crítica internacional y el Bistato D'oro de la crítica joven en el Festival de Venecia del año pasado.