La Ciénaga, Lucrecia Martel, Argentina-España-Francia 2001, 103’ VO
¿Es esta la pileta/piscina más icónica del cine argentino? Es muy posible. Una joven directora de la provincia de Salta presentaba en el año 2001 una película en el Festival de Berlín, que fue galardonada además con el premio Alfred Bauer "por abrir nuevas perspectivas en el arte cinematográfico". Y tanto que las abría: por primera vez una tormenta, una tarde calurosa previa a la lluvia o unos personajes encerrados en sí mismos, tomaban la pantalla con la fuerza de aquella película. Fue el momento en el que el nombre de Lucrecia Martel se hizo grande y tomó las pantallas y festivales internacionales. Desde entonces, ha sido una directora de culto, una de esas cuyas obras se esperan con ansiedad y cierto nerviosismo por los cinéfilos y cinéfilas del mundo.
Febrero en el noroeste argentino. Sol que parte la tierra y lluvias tropicales. En el monte, algunas tierras se anegan. Esas ciénagas son trampas mortales para los animales de huella profunda. En cambio, son hervideros de alimañas felices. Pero esta historia no trata sólo de aguas muertas, sino de la ciudad de La Ciénaga y alrededores. A unos noventa kilómetros está el pueblo de Rey Muerto, y cerca de ahí la finca La Mandrágora.
La Mandrágora es una planta que se utilizó como sedante, antes del éter y la morfina, cuando una persona tenía que soportar algo doloroso, como una amputación. La Mandrágora es también el nombre de una finca con piscina donde se cosechan y secan pimientos rojos, y donde pasa el verano Mecha, una mujer cincuentona que tiene cuatro hijos y un marido que se tiñe el pelo. Pero esto es algo para olvidar rápido con un par de tragos. Aunque, como dice Tali, el alcohol entra por una puerta y no se va por otra. Tali es la prima de Mecha. También tiene cuatro hijos, un marido amante de la casa, la caza y los hijos. Vive en La Ciénaga, en una casa sin piscina.
Dos accidentes reunirán a estas dos familias en el campo, donde tratarán de sobrevivir a un verano del demonio. Pero no todos lo lograrán.
¿Es esta la pileta/piscina más icónica del cine argentino? Es muy posible. Una joven directora de la provincia de Salta presentaba en el año 2001 una película en el Festival de Berlín, que fue galardonada además con el premio Alfred Bauer "por abrir nuevas perspectivas en el arte cinematográfico".