Metodologías casi opuestas. Cómo se articulan estas dos maneras de hacer. Qué es lo que esta dialéctica produce. Éstas son algunas de las cuestiones que nos planteamos juntas. En este proyecto tratamos de unir, poner en relación nuestras prácticas. El sonido y el texto son las herramientas. La propuesta es pensar la escultura como canción, y una canción como escultura que componemos juntas.
Maite Vélaz: “Mi práctica, está en cómo simplificar. Manejar todos los contenidos posibles, complejizar. Poner la atención en la escucha de música determina la producción de objetos, formas e imágenes. Atravesar todos estos materiales acumulados, desplegarlos y añadir capas, estructurarlos, ordenarlos, superponerlos y establecer analogías. La producción más material aparecerá cuando todo se dirija a comunicar. Entonces realizo posibles producciones pensando en mostrar el proceso, lo que es.”
Sandra Cuesta: “Saber ya lo que es y esconderlo, echarle todo encima para señalarlo después. Insisto en lo manual, y en la manera en la que se trata el material como montaje. Toda elaboración me interesa desde un punto de vista escultórico que incluye el rodeo para mirar las cosas de forma caleidoscópica, desde diferentes frentes. El cambio de punto de vista lo aplico a través del uso de diferentes medios como son: el vídeo, la foto, el dibujo, el sonido. Me interesa tratar lo que le es propio a cada medio, y lo que pueda salir en el cruce de éstos. Las grietas. Introduzco el texto en el proceso como letras de canciones que no existen y que amplifican el significado de lo que propongo como forma.”
Documentación