La rabia, Albertina Carri, Argentina, 2008, 83', DCP, VO ES
Dos casas de campesinos en mitad de la pampa, cercadas por lo arcaico y lo atemporal. En una de esas casas viven Ale y Poldo con su hija Nati; en la otra Pichón y su hijo Ladeado. Las casas están cerca, extremadamente cerca, ligadas por la tensión entre los dos hombres, por la infidelidad, por la amistad entre una Nati que no habla y Ladeado, que la protege como si fuera un hermano mayor.
Albertina Carri condensa en La Rabia los temas que han marcado su cine: familias desavenidas y surcadas por la tragedia en las que los hijos asisten a las debilidades de los padres, padecen sus ausencias, o no saben cómo ejercer su lugar de adultos. Y en ese microclima tóxico se mezclan la belleza rústica del paisaje y lo confuso de unas personajes expuestos a una violencia subterránea, a lo animal y salvaje, a la tensión del tiempo y del silencio.
La rabia es un estado de furia y desconcierto. La rabia es un virus que contagia. La rabia es una peste.
Albertina Carri condensa en La Rabia los temas que han marcado su cine: familias desavenidas y surcadas por la tragedia en las que los hijos asisten a las debilidades de los padres, padecen sus ausencias, o no saben cómo ejercer su lugar de adultos.