Los golfos, Carlos Saura, España, 1959, 88’ VOES, DCP
El joven Saura era en esta época un recién regresado del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas de Madrid en busca de su propio estilo. Buñuel era la sombra bajo la que cobijarse y el realismo documental su influencia directa, tanto en sus primeros cortometrajes como en su trabajo como fotógrafo. Pero es en Los Golfos, su primer largometraje, donde experimenta todo lo aprendido sobre el acercamiento neorrealista a la ficción. “Esta película se ha realizado completamente en escenarios naturales”, dice el cartel que abre la película. Y con actores no profesionales, podríamos añadir, pues la película recoge las vidas, sueños y frustraciones de un grupo de jóvenes de los suburbios de Madrid que se acercan al centro para delinquir. El desarrollismo capitalista era algo que aún nadie sabía definir, por mucho que en el centro de la capital se hablara de coches importados, del dinero del fútbol, de los primeros turistas o de los éxitos de los toreros. Los arrabales era otra cosa: chabolismo, miseria y hambre. Seis jóvenes de la periferia malviven de sus asaltos y rapiñas y sueñan con una vida mejor. El retrato fue reconocido en el Festival de Cannes, donde se estrenó en 1960, pero no se pudo estrenar en España hasta tres años después, pues la censura la calificó “de interés nulo”. La producción es de Pere Portabella y el guión de Mario Camus y Daniel Sueiro. El resultado, una película fundamental y puente entre el Buñuel más descarnado de Los Olvidados y las películas juveniles de finales de los años setenta. Prólogo por lo tanto al desencanto quinqui.
Repaso al llamado “cine quinqui” en nuestro ciclo de imaginarios de la juventud.