Maitri Ugalde

Elegí Bellas Artes porque me atraían los y las estudiantes curiosos que había por Bilbao. Teníamos largas conversaciones al lado de la máquina de café, muy largas. En esa época prefería pensar, escuchar y hacer preguntas antes que crear objetos.
Cuando noté que las palabras comenzaban a ahogarme, abrí las ventanas con curiosidad. Calder, “El hilo del tiempo” de Esther Ferrer… al conocer de cerca estas piezas comencé a apreciar el arte, a disfrutarlo. Se me encendieron las ganas de hacer travesuras, de decir cosas que nunca había dicho, de conocer mas, de permanecer aún sin tener respuestas y, sobre todo, sentí la necesidad de desarrollar mis ideas.
Abrir el modo de pensar puede cambiar el mundo, pero esto lo vemos y lo aprendemos gracias a lo que creamos y desarrollamos cada día.