19:00 Presentación: Mirari Echávarri
20:00 Proyección
Una coreografía hecha de manos; una mano que roza el agua, que se sumerge en ella; los dedos de la mano derecha hacen movimientos indefinidos de forma precisa; la mano izquierda se contrae y se agita; los dedos de ambas manos teclean en una máquina de escribir, pasan las páginas de un libro; algunas manos tocan su propia imagen, otras hablan; las manos metonímicas del cuerpo femenino, delante y detrás de la cámara.
Desde los años 70, las teóricas del cine feminista han dedicado gran parte de sus esfuerzos a exponer la "subjetividad dividida" que caracteriza a la mujer espectadora que se vive simultáneamente como sujeto y objeto de lo que se ha llamado la male gaze o mirada masculina en el cine. Habiendo encarnado esta división, artistas interdisciplinares de distintas décadas se apropian de la fragmentación a la que es sometido el/su cuerpo y hacen que las partes tomen agencia. El cuerpo fragmentado consigue reorganizar la mirada cinematográfica y quebrar el discurso hegemónico que intenta domesticarlo y reducirlo a un objeto pasivo.
Este cine, vaciado de rostros y de miradas, nos invita a ver teniendo en cuenta que, como dice la filósofa feminista Luce Irigaray, sin el tacto la vista no sería posible; y que, en ese ver-como-tocar, unx se arriesga a ser afectadx.
Una coreografía hecha de manos; una mano que roza el agua, que se sumerge en ella; los dedos de la mano derecha hacen movimientos indefinidos de forma precisa.