Mientras el cuerpo aguante, Fernado Trueba, Espainia, 1982, 89’
+ Actuación del supergrupo Las Hojas de Albacete (Ciclos Iturgaiz, Mursego y Elurretan), cantando a Chicho Sánchez Ferlosio.
Esta es una de esas películas de cuando los músicos viajaban en tren con su guitarra a cuestas. De cuando se iba a provincias. De cuando se cantaba en las calles y en las terrazas de los restaurantes. De cuando la vida bohemia. De cuando el grito político y la militancia. Retrato documental de una época y de un personaje único, Chicho Sánchez Ferlosio, poeta, matemático, inventor, cantante, lector y músico. “Cuando me pongo a cantar / No pido permiso a nadie”, dice en una de sus estrofas.
Y sin pedir permiso, hablando a cámara, contando y cantando, vamos descubriendo la vida y obra de este cantante callejero (como figura en los créditos finales): su militancia en el marxismo leninismo, el viaje a Albania, las cárceles, la relación entre las lentejas y la marihuana, las huelgas mineras de Asturias o las coplas como manera de decir las cosas que nadie más se atreve a decir. Si El Desencanto (1976) de Jaime Chávarri sirvió para retratar el final de la dictadura, quizá esta segunda película de Fernado Trueba contenga las claves de eso que se llamó Transición.
Pero más allá de todo esto, de la Historia con mayúsculas, está Chicho, genio y figura. Y la vida, eso que después se canta. Y el canto, eso que después se vive.
Ésta es una de esas películas de cuando los músicos viajaban en tren con su guitarra a cuestas.