14 de octubre 19:00 Presentación y 20:00 proyección. Tabakalera
15 de octubre 17:00-21:00 Encuentro con David Caralt. Cristina enea. Inscripción.
El estudio del fenómeno nocturno en las ciudades modernas desemboca a menudo en la consideración que la noche configura un espacio-tiempo urbano con marcada personalidad propia capaz de generar un nuevo imaginario urbano donde la percepción de la ciudad se ve modificada, y sus límites y su dibujo reconfigurados continuamente. La indagación de las experiencias nocturnas nos lleva a diversas apreciaciones que anuncian, en su mayoría, la riqueza y pluralidad de este espacio- tiempo. Por un lado, su ligazón todavía con lo recóndito, lo temible por desconocido, lo conflictivo y todo aquello que nos atrae pero al mismo tiempo atemoriza. El tiempo nocturno posee un marcado carácter de ambigüedad en el cual todo parece posible: promesas de libertad mezcladas con inseguridades, momentos de excesos pero también de intimidad. La noche tiende hacia lo incierto y amenazante, lo inquietante y peligroso. Por otro lado, lo 18 nocturno está vinculado al sueño y a la muerte, a las pesadillas y el terror, a los misterios y lo inconsciente, a la liberación de convenciones y ataduras sociales y culturales impuestas por la moral de una mayoría bienpensante.
Este carácter indómito es el que ha llevado históricamente al poder a intentar conquistar la noche mediante los sistemas de iluminación artificial. Domesticar las horas nocturnas para hacerlas jugar a favor del progreso económico, es decir, establecer una seguridad necesaria en las calles que favorezca la circulación de la personas y ganar ese tiempo para el consumo. El mecanismo clave con tal de alargar el día fue generalizar la iluminación pública desde mediados del siglo XIX, y esta iluminación artificial de las calles convirtió la noche en un gran espectáculo urbano para goce y disfrute de un amplio espectro social.
El estudio del fenómeno nocturno en las ciudades modernas desemboca a menudo en la consideración que la noche configura un espacio-tiempo urbano con marcada personalidad propia capaz de generar un nuevo imaginario urbano donde la percepción de la ciudad se ve modificada, y sus límites y su dibujo reconfigurados continuamente.