Durante la reciente pandemia mundial, la realidad sufrió profundas deformaciones. Mientras el cuerpo físico se veía obligado a permanecer en interiores, la mente se movía a una velocidad extraordinaria, creando una sensación de difracción sin precedentes en la que el yo se desprende totalmente de su ubicación. El flujo constante de noticias y (des)información nos atrapó en un estado de desorientación, que inevitablemente conduce a una búsqueda interminable de fragmentos de una realidad coherente. LAGU (Local Ambience Generative Unit) es un sistema generativo de audio sin fin que crea una experiencia interior simulando la sensación de un lugar, permitiendo al espectador detenerse y sincronizarse de nuevo con el mundo físico. Está diseñado para funcionar eternamente sin intervención humana, siguiendo reglas preestablecidas y siendo modulado en tiempo real por las condiciones meteorológicas. Esta naturaleza generativa permite que el sistema se desarrolle a sí mismo de forma impredecible, con simples capas de audio que se superponen entre sí para crear complejos patrones y texturas en cada ejecución. Al mismo tiempo, el lento ritmo de los cambios meteorológicos garantiza una experiencia controlada y lineal del espacio y el tiempo.