Todos los seres vivos, incluidas las plantas y los árboles, crecen según las instrucciones de su ADN. De hecho, el ADN es el sistema de información más antiguo y denso del mundo. Un sistema que puede utilizarse para almacenar datos digitales. Esto da lugar a tentadoras posibilidades. Cualquier tipo de archivo digital, de imagen, de texto e incluso de música, podría codificarse en el ADN de plantas y árboles. Por ejemplo, imagina que añades tus fotos familiares a un roble. Cuando el árbol madure, reproducirá de forma natural esos datos y los propagará a través de generaciones mediante el polen. El colectivo Grow Your Own Cloud formado por Monika Seyfried (PL) y Cyrus Clarke (UK/FR) lleva investigando las posibilidades de almacenamiento de datos de ADN en plantas desde 2017. Para su último trabajo, realizaron un intercambio con el prestigioso físico Steen Rasmussen para entender el potencial de los sistemas vivos para interactuar con la vida artificial. El diálogo es fruto de la colaboración entre Donostia International Physics Centre (DIPC) y Tabakalera. En Clouds of Pollen se examinan las posibilidades del polen como tecnología para los sistemas de información. Un material que no está totalmente vivo, ni totalmente muerto. Un material lo suficientemente denso como para transportar toda la información necesaria para crear organismos complejos como los árboles. Un material capaz de difundir datos a través de generaciones. La investigación se pregunta qué pasaría si pudiéramos utilizar ese mismo sistema de información para transportar nuestros datos y crear: -Un sistema en el que los datos se reproduzcan de forma natural mediante procesos vivos. -Un sistema en el que los datos puedan evolucionar con la naturaleza tal y como está previsto. -Un sistema que sea tan abierto (o cerrado) como queramos que sea. A medida que la tecnología humana avanza y empezamos a desarrollar nuestros propios "materiales vivos", Clouds of Pollen se pregunta cómo podrían interactuar los sistemas de vida y estos materiales vivos.
