Céline Sciamma cuenta que relaciona su vínculo con el cine con la cinefilia de su abuela: le enseñó los musicales y las comedias americanas.
FILMAR UNA RESPIRACIÓN
Céline Sciamma cuenta que relaciona su vínculo con el cine con la cinefilia de su abuela: le enseñó los musicales y las comedias americanas. También cuenta que la primera película que le marcó puede que fuera Bleu de Kieslowski y que seguramente tendrá que ver con que fuera la primera vez que fue sola al cine. Relata de una manera muy bonita cómo el cine no son solo las películas si no la experiencia completa. Por ejemplo, de esa primera vez suya recuerda la bici, la lluvia, una sala de cine que estaba en su pueblo, pero a kilómetros de su casa y la salida del cine donde seguía lloviendo y ella llevaba un chubasquero azul, azul como la película, y esa sensación de que el cine y la vida se mezclan. Para Céline Sciamma el cine tampoco es solo un estado mental. Podríamos decir que para Céline Sciamma el cine es una manera de vivir.
Una de las características de Céline Sciamma es que además de directora de cine, es una guionista que trabaja para otros directores. Con este ciclo hemos querido reflejar ambas facetas. Para ello, proyectaremos todos los largometrajes que ha dirigido y hemos seleccionado dos películas que ha escrito: Ma vie de Courgette (Claude Barras, 2016) de animación y Les Olympiades, Paris 13e (Jacques Audiard, 2021).
Podríamos decir que la filmografía de Céline Sciamma está compuesta por nombres: Marie, Anne y Florianne; Laure que dice llamarse Mikhael; Mariame y sus tres nuevas amigas rebeldes; la pintora Marianne y la hija de la condesa Héloïse y la pequeña Nelly. Ellas son las protagonistas de las diferentes historias que nos llevan a reflexionar sobre la identidad y la mirada pero que, sobre todo, nos hacen sentir y emocionarnos.
Céline Sciamma tenía sólo 29 años cuando estrenó en Cannes su primera película: Naissance des pieuvres (2007). En ella vemos un deporte que tiene ciertas similitudes con lo que muestra su cine: la natación sincronizada. Un deporte exclusivamente femenino donde ellas enseñan su mejor sonrisa y su mejor cara cuando están fuera del agua mientras debajo, donde no se ve, están haciendo un esfuerzo físico brutal y puede que incluso doloroso. Los procesos de los personajes de Sciamma siempre van por dentro, pero la directora tiene la capacidad de hacernos sentir lo que ellos sienten: el deseo, el miedo, la alegría, la angustia. Lo brillante es que a veces la directora lo consigue por decisiones cinematográficas tan precisas y concretas como cómo tiene que respirar una actriz. Por ejemplo, en la última escena de Retrato de una mujer en llamas, Héloïse está emocionada viendo un concierto de El Verano de Vivaldi y Sciamma sabía que para el final de la película era imprescindible que la actriz Adèle Haenel, acabara la escena con una inspiración. No es lo mismo filmar una expiración que una inspiración y Sciamma sabía que esta película de amor lesbiana que faltaba en la Historia del cine tenía que acabar con una inspiración. Seguramente, la consciencia del ritmo de una respiración, la consciencia del ritmo de las escenas que componen sus películas y la consciencia del propio ritmo interno de cada escena en sí, también estará vinculado con el amor de su abuela por los musicales y lo bien que se lo trasmitió a ella.
El ciclo de cine Céline Sciamma está organizado en colaboración con el Institut Français de Bilbao.
PROGRAMA
6 de julio, sábado, 19:00
Water Lillies (Naissance des pieuvres), Céline Sciamma, Francia, 2007, 85’
13 de julio, sábado, 19:00
Tomboy, Céline Sciamma, Francia, 2011, 82’
20 de julio, sábado, 19:00
Bande de filles, Céline Sciamma, Francia, 2014, 103’ (EU + EN)
27 de julio, sábado, 19:00
Retrato de una mujer en llamas, Céline Sciamma, 2019, 122’
3 de agosto, sábado, 19:00
Petite maman, Céline Sciamma, Francia, 2021, 73’
24 de agosto, sábado, 19:00
Ma vie de Courgette, Claude Barras, Suiza, Francia, 2016, 66’ (EU + EN)
31 de agosto, sábado, 19:00
Les Olympiades, Paris 13e, Jacques Audiard, Francia, 2021, 105’