Fotografía: bibliotecas públicas en Jimbocho
El objetivo de esta investigación consiste en analizar la concepción que tienen en Tokio sobre los espacios públicos y en estudiar la relevancia que conceden a la performatividad. La idea de espacio público no coincide con la forma en que la sociedad japonesa organiza y utiliza sus ciudades; el modo en que marcamos la diferencia entre lo público y lo privado choca con sus concepciones, difuminando algunos límites y reforzando otros. En cualquier caso, ¿qué lugares destinan en Tokio a la congregación social, al diálogo y al establecimiento de estructuras en torno a lo que consideran común? ¿Qué grupos sociales buscan enclaves de ese tipo y dónde los encuentran?
En esta primera aproximación, he querido analizar la ciudad y sus centros de arte, para averiguar la necesidad de crear espacios comunes y entenderlos. Quería saber qué tipo de respuesta ha proporcionado el arte a esta organización social, y he observado que hay varios espacios, como, por ejemplo, Shibaura House, que, aun siendo de propiedad privada, han flexibilizado sus límites y creado un espacio común para las madres y niños del entorno. Otro ejemplo sería el MAT de Nagoya, un centro artístico que acoge un ámbito creado junto con el vecindario, en el que se pueden programar, al mismo tiempo y con absoluta naturalidad, una exposición sobre los jardines comunales y la exposición «Semiotics of the Kitchen», de Martha Rosler.