Desde la admiración de Warhol por Pollock, el Dance Diagram y los Oxidation Paintings, llevan la acción performativa en la pintura a un lugar donde la relación entre el cuerpo y la obra de arte, destaca por la decisión de romper con la verticalidad apoyando la obra simplemente sobre el suelo y por el uso del propio cuerpo y sus fluidos para generar distintas imágenes y formas.
Este gesto sirve como punto de partida para repensar un trabajo anterior a partir del cual las “nuevas tecnologías” se presentan como intermediariarias entre la acción del artista, el soporte, el material y la obra. En este trabajo el cuerpo del artista traza las líneas que posteriormente a través de la tecnología se trasladan al soporte y la máquina produce una serie de formas repetidas que se superponen, creando volúmenes que buscan su lugar en la pared en una maniobra inversa.