La identificación del café con la sobriedad hizo que los puritanos lo alabaran como un elemento imprescindible en el camino hacia una sociedad más racional y laboriosa. El historiados francés Jules Michelet encomendó al líquido negro la misión de desembriagar a toda una época. El café sirve incluso para nombrar el espacio público que, por excelencia, está dedicado al dialogo y la discusión, también a la actividad económica. Es el lugar ideal tanto para el intercambio de ideas como para las ideas del intercambio. Las mujeres, relegadas a una esfera doméstica, fueron excluidas de estos espacios, generando protestas que anticiparon en algunos países como Inglaterra las revueltas sufragistas. En el hogar, junto con el té, el café transformó los rituales de mesa generando nuevos modales así como nuevos códigos de relación.
Hoy en día es la única sustancia psicoactiva que ha superado la resistencia y la desaprobación en todo el mundo situándose entre las principales mercancías que circulan por el mercado global. ¿Qué lecturas se pueden hacer hoy de esta omnipresencia de la cafeína?
Programa
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Erick Beltrán. Artista: La sobremesa es movimiento peristáltico
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Harkaitz Cano. Escritor: Homo Wi Fi: Kafearen eskala
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Max Jorge Hinderer Cruz. Escritor, traductor y crítico cultural: Farmacologías de la Ilustración
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Ula Iruretagoiena. Arquitecta y profesora en la UPV/EHU: Beste espazioa
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Asier Mendizabal. Artista: If I drink coffee, am I still Straight Edge?
Con Erick Beltrán, Harkaitz Cano, Max Jorge Hinderer Cruz, Ula Iruretagoiena y Asier Mendizabal.