Serie de doce capítulos que indaga el cambio de modelo productivo por el cual la antigua fábrica de tabacos se convirtió en el actual Centro Internacional de Cultura Contemporánea. Al acecho, dos grandes interrogantes: ¿qué necesitamos del pasado cuando se trata de trabajo? y ¿cómo y desde dónde se puede hablar de memoria?
Tabakalera encarna estas y otras muchas cuestiones, sin perjuicio de las cuales ha destinado un pequeño espacio, la Bodega, en el que se expondrá la serie completa a modo de instalación audiovisual, añadiéndose un nuevo capítulo a mediados de cada mes, hasta septiembre de 2016. El proyecto se acompañará con un programa paralelo de actividades públicas.
Capítulo 4 (18' 55'') - INCOMPRENSIÓN DE LA MÁQUINA
Anot.2
«De la lámpara maravillosa a la linterna mágica cambia el artefacto y el prodigio. La lámpara es maravillosa porque produce maravillas».
Nota al pie. Se podría hablar de un maravillalismo en la cultura que acompañó el advenimiento del mundo industrial. Los cuartos de maravillas o gabinetes de curiosidades eran lugares de reunión y acumulación de un sin fin de objetos que parecían tener como único rasgo en común su común destino: un lugar cualquiera en los entrepaños del tiempo. De maravillalista podría tildarse también la exitosa multiplicación de los Panoramas en muchas ciudades europeas y americanas durante el XIX. Grandes, enormes representaciones pictóricas de las maravillas del mundo (y de la historia) a lo largo y por entre las cuales paseaba el público, cuya absorta mirada anticipaba el cine.
Anot.4
«La linterna es mágica porque produce magia».
Nota al pie. El siglo que dio luz al cine vio a su vez estrellarse a la Maravilla. Relación negativa entre la magia y la maravilla. En la antigüedad, la magia era el prodigio que convertía la maravilla en entendimiento y comunidad. En la modernidad, se acude a la magia tras el derrumbe de la maravilla. Se hace magia ante las ruinas de lo maravilloso.
Anot.6
«Toda función es signo de otra».
Anot.8
«A la pereza dura le acecha de continuo la sombra de lo inútil, pero no en la forma de un temor, sino en la de un asomo de caída en desgracia».
Anot.10
«Escribo: [perdón, retiro por un momento estos dos puntos] escribo y me desvío y empiezo a observarme en otro lado, soy una máquina interrogante; a decir verdad, fui abandonada y no violentamente, más bien con el decoro que es habitual en las historias grises, muchas gracias, salga por favor por esa puerta y no olvide olvidarme».
Anot.12
«El amor, una lengua extranjera (Kluge). La escritura, un país extranjero (Duras)».
Anot.14
«Leí hace poco un pequeño cuento de una escritora enigmatiquísima, que acababa tal que así:
“Una entra en su dormitorio, tan pequeño como el hueco entre dos púas de peine y ve el colchón en el suelo, pegaíto a la pared, pero agarrao a su dignidad, y luego mira esa pared descoloría de tanto que una fuma, porque yo el tabaco no lo fumo, me lo como, y luego se mira una misma, ídem de ídem, tumbá sobre el colchón, pegá a la pared. Y piensa: si pasamos tanto tiempo juntas, pues habrá que sentirse a gusto, ¿no cree? Y a un cuadro le ocurrirá lo mismo con la escarpia, con el espiche y con el muro. Y a la silla con la mesa. Y al alféizar con la ventana. ¿No será que todo funciona así en verdá? Llegados a este punto, qué quiere que le diga, una siente... amistad”».
Tras estas Anotaciones sobre Ensamblajes de Materia me digo en voz alta, varias veces:
LA ILUSIÓN VALE POR SÍ MISMA.
Cuarto capítulo de esta serie que se se expone a modo de instalación audiovisual, añadiéndose un capítulo a mediados de cada mes, desde la inauguración el 11 de septiembre de 2015 hasta septiembre de 2016.