Mourir à trente ans, Romain Goupil, Francia, 1982, 97’
En No intenso agora, João Moreira Salles recuerda una película fundamental en su formación como cineasta, una película que hablaba de la velocidad de la juventud, de su nostalgia precoz, del abismo del día después de la revolución. Se refiere a Mourir à trente ans del cineasta Romain Goupil. También Chris Marker reflexionaba en Sans Soleil sobre ese momento específico que llega tras las carreras y la lucha: “Lo que todo revolucionario piensa la mañana siguiente a la victoria: ahora empiezan los problemas reales”.
Esta película retrata a la generación que hizo posible la revolución de 1968 a través de uno de sus protagonistas: Michel Recanati.
La guerra de Vietnam despertó y desencadenó las conciencias políticas de toda una generación. Es cuando Recanati se afilia en las listas de la Juventud Comunista. Llegó después el mayo del 68: barricadas, lecturas, viejos valores, asambleas y una ciudad tomada. Todo era posible en aquel momento. Los años pasan, la desilusión se establece, la muerte hace acto de presencia. Es cuando Romain Goupil mira hacia atrás y trata de comprender lo sucedido.
La película fue premiada con la Cámara de Oro en el Festival de Cannes de 1982.
Esta película retrata a la generación que hizo posible la revolución de 1968 a través de uno de sus protagonistas: Michel Recanati.