La niña santa, Lucrecia Martel, Argentina-España-Italia-Países Bajos, 2004, 106’
Segundo largometraje de Martel y primera colaboración con El Deseo, la productora de Agustín y Pedro Almodóvar, que se lanzaron a apoyar el talento de la realizadora argentina tras descubrir su primer largometraje.
En esta película también hay piscinas, y sus propiedades curativas se entremezclan, una vez más, y como sucedía en La Ciénaga, con cierta oscuridad y perversión. Otra vez también la provincia de Salta y las relaciones familiares confundidas y bajo la amenaza de tormenta y de fiebres.
Amalia es una adolescente que vive en un hotel regentado por su madre. Junto con su mejor amiga asiste a charlas de devoción religiosa, donde hablan de vírgenes, de santos, de milagros, de estigmas y de amor. Es cuando sucede la aparición: el doctor Jaro llega al hotel para asistir a un congreso de otorrinolaringología. Es cuando las adolescentes idean su plan divino: salvar al doctor de sus inclinaciones más secretas.
Martel despliega en este segundo trabajo todas sus marcas de estilo: las elipsis como forma de relato, la riqueza y complejidad del trabajo sonoro, el fuera de campo, las miradas y los cuerpos, las familias y sus sangres mezclándose, la sexualidad latente, los espacios cerrados y el conflicto siempre a punto de estallar, como si fuera una fuerza natural.
La película se estrenó en la Sección Oficial del Festival de Cannes el año en el que Fahrenheit 9/11 de Michael Moore ganó la Palma de Oro de un jurado presidido por Quentin Tarantino.
Lucrecia Martel despliega en 'La niña santa' todas sus marcas de estilo: las elipsis como forma de relato, la riqueza y complejidad del trabajo sonoro, el fuera de campo, las miradas y los cuerpos, las familias y sus sangres mezclándose, la sexualidad latente, los espacios cerrados y el conflicto siempre a punto de estallar, como si fuera una fuerza natural