Niñato, Adrián Orr, España, 2017, 72’
Hace tres años, cuando el edificio de Tabakalera estaba aún en fase de rehabilitación y programábamos en un espacio llamado Sukaldea (y que hoy en día podríamos recordar como nuestra fase underground), proyectamos un corto titulado Buenos días resistencia. Esa película corta presentaba ya al personaje de Niñato y a su familia, y servía como prólogo al largometraje que ahora presentamos.
David, alias Niñato, es un padre joven y soltero que pasa la mayor parte del día al cuidado de 3 niños pequeños. Aunque no tiene trabajo, y vive en casa de sus padres, la pasión y esperanza que despierta en él la música Hip-hop, fortalece su dedicación en la educación de los niños. En la intimidad de su vida diaria, a través de pequeños gestos y silencios, la importancia de la unidad familiar se va revelando. Oro, el niño más pequeño, poco motivado en los estudios, reclama cada vez más atención. Niñato, enfrentado a nuevas dificultades, se esforzará por inculcarles la autonomía necesaria para afrontar un nuevo presente.
Festival Visions du Reel, Suiza, Premio del jurado.
Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires, Bafici, Mejor película, Competencia Oficial Internacional.
Festival Internacional Cine de Quito, Mejor película, Competencia Oficial.
SEFF’17, Festival de Cine Europeo de Sevilla, Mejor película, sección Nuevas Olas.
NOTA DEL DIRECTOR:
“Crecí en el mismo barrio que Niñato, el protagonista de la película y a los diecisiete años me uní como DJ a su grupo de hip-hop. Diez años después, Niñato se convirtió, como otros de mis amigos del barrio, en padre de familia. Siempre he admirado cómo, a pesar del paso del tiempo y de sus nuevas responsabilidades como padre, ha mantenido intacta su pasión por hacer música. La misma pasión que tiene cuando está con los niños. Durante más de cuatro años he estado filmando la dicotomía entre estas dos pasiones: Niñato como padre y Niñato como joven que intenta mantener vivo un sueño de adolescente.
La película retrata un largo proceso de enseñanza y aprendizaje entre Niñato y los niños; sobre todo con Oro, el más pequeño. He filmado cómo pequeños gestos o unas pocas palabras pueden adquirir relevancia en el presente y proyectarse hacia el futuro. Y lo he mostrado en una aparente continuidad temporal. He posicionado al espectador como testigo a tiempo real de cómo Niñato aprende a enseñar, a estimular a los niños, a seguir trabajando, a crecer en autonomía y tener sueños… Incluso cuando sabe que los suyos, probablemente, ya no se harán realidad”.
Adrián Orr nos presenta su primer largometraje, donde ficción y documental mantienen un estrecho diálogo.