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Les garçons sauvages, Bertrand Mandico, Francia, 2017, 110', DCP VOSE
El inicio es como el de una película clásica: 1920, isla de La Reunión, riguroso blanco y negro. Cinco adolescentes cometen un crimen y son enviados por sus familias a una travesía marítima bajo las órdenes de un capitán holandés. Ahora, la historia anti-clásica en forma de interrogantes: ¿Y si los cinco muchachos no fueran cinco muchachos? ¿Y si todo el relato estuviera filtrado por la magia, lo oculto, el universo fantástico y lo sobrenatural? ¿Y si su puerto de destino fuera una isla sobrenatural donde la vegetación y el deseo fueran exuberantes e incontrolables? ¿Y si el color llegará para impregnarlo todo?
Bertrand Mandico propone en su primer largometraje una de las grandes sorpresas del año: una historia que tomando como referencia los clásicos de aventuras de Julio Verne y el mundo surreal de William Burroughs, no se parece a ninguna otra película. Su imaginario visual es apabullante: nunca una isla fue un espacio tan erotizado y violento; nunca unos personajes fueron tan ambiguos en su género y en su moral; nunca un director contemporáneo ha mezclado con tanta libertad los orígenes del cine con la creación de algo nuevo y aún sin nombre. Esta película es un volcán de lava blanca y sexual, un relato de amor y de terror, un nuevo continente.
Esta película es un volcán de lava blanca y sexual, un relato de amor y de terror, un nuevo continente.
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