Passe-montagne, Jean-François Stévenin, Francia, 1978, 113' DCP, VO FR, Sub ES
Un primer intento y un golpe de genialidad. En su primer largometraje, el actor y también asistente de dirección muy familiarizado con los sets de rodaje Jean-François Stévenin inventa una fórmula mágica. Aunque exprese admiración por la histeria de John Cassavetes y la mordacidad de Monte Hellman, el autor ha utilizado un nuevo punto de vista. En cada toma de decisión relativa a la dirección, Stévenin opta por destruir todos los códigos establecidos y romper estrepitosamente todas las reglas sobre el reparto, el montaje, el sonido, etc. Todo resulta sorprendente, es como una huida permanente de la edición lenta, del sonido real, de la continuidad narrativa... en definitiva, de todas las acciones y rutinas obvias. ¿Y el guion? Dos hombres en una montaña. Un mecánico turbio (interpretado por el propio Stévenin) y un arquitecto parisino (el magnífico Villeret) que, a pesar de no tener nada en común, entablan una amistad, por casualidad y sin pretenderlo.
Gracias a esos silencios, esos balbucientes diálogos y todo lo que queda sin decir, la película puede seguir esa amistad, aunque sea inquietante. (Jean-Pierre Rehm)
Un primer intento y un golpe de genialidad. En su primer largometraje, el actor y también asistente de dirección muy familiarizado con los sets de rodaje Jean-François Stévenin inventa una fórmula mágica.