Esta serie de videos “Here, I a.m.” de Jone San Martin hablan por sí mismos. Nos obligan a descubrir las agradables posibilidades de las limitaciones, del espacio y del tiempo. El cuerpo se convierte no solo en medio, sino también en mensaje.
The True Artist
Cuentan que a finales de los 60 cuando Bruce Nauman terminó sus estudios como artista se confrontó con la pregunta de ¿y ahora qué? En qué consiste ser artista cuando estás solo en el estudio. Nauman años después afirmó en una entrevista que “si yo soy artista y estoy en el estudio, todo lo que haga en el estudio es arte. En este punto, el arte se convierte más en una actividad y menos en un producto”. Su respuesta profana y sencilla plantea dos cuestiones importantes: por un lado, parte de la premisa de que todo lo que hace un artista es arte y por el otro lado cuestiona el valor del arte como producto y lo convierte en acto. Este gesto revela la división entre el arte objetual y el arte procesual. La diferencia entre la huella y su gesto.
Durante ese período Nauman colocó un cartel de neón en su estudio de cara a la calle. El cartel, escrito en espiral, decía: “The True Artist Helps the World by Revealing Mystic Truths”. Esta frase, que se podía leer desde la calle, no buscaba sentenciar, sino dar sentido a la práctica artística y dotar de herramientas al artista, en su estudio, en soledad, durante largos periodos de tiempo. El enunciado del título de esta espiral poética no es ni gracioso ni completamente serio y las contradicciones expresadas producen una ambigüedad que es tanto lúdica como profunda: “seriedad sin sentido o falta de sentido grave”. Pregunta y respuesta devienen al mismo tiempo. Lo más difícil para Nauman fue la frase en sí, como cuando dices algo en voz alta para ver si lo crees. Una vez escrito, pudo ver que la declaración era, por un lado, una idea totalmente tonta y, por otro lado, algo en lo que creía. Es cierto y no es cierto al mismo tiempo. La respuesta depende de la interpretación.
El trabajo de Nauman está influenciado claramente por las obras de Ludwig Wittgenstein y Samuel Beckett animando la duplicidad del lenguaje y la naturaleza intrínsecamente cómica de la repetición. Consecuencia de ello es que durante esos años en los que Nauman pasó mucho tiempo solo en el estudio, realizó una serie de videos de él mismo investigando la relación del cuerpo con el espacio. El estudio como cubo blanco y el cuerpo como material del que partir para esculpir el paso del tiempo. En varios videos podemos ver a Nauman dejándose caer repetidamente en un rincón del estudio y desde diferentes ángulos. Un gesto sencillo y repetido durante horas. En “Dance or Walk on the Perimeter of a Square”, Nauman estudia las posibilidades que le ofrece un cuadrado en el suelo. Las limitaciones son lugares de obligado cumplimiento y al mismo tiempo son espacios llenos de posibilidades. En “Slow Angle Walk (Beckett Walk)” y “Revolving Upside Down” ese cuadrado es el estudio entero. Siempre con la cámara fija y a veces en vertical, Nauman como escultor que es, esculpe las posibilidades de las limitaciones del ser en el espacio durante largos periodos de tiempo.
Cuando pasamos tiempo, mucho tiempo, en un espacio, donde lo único que tenemos es nuestro cuerpo y tiempo, ambos se ponen en relación directa e inevitablemente. Ser y tiempo. Aunque no sepamos realmente lo que estamos haciendo, las preguntas y las respuestas brotan solas y en el mismo instante. Nauman se pregunta: “¿Cómo voy a saber lo que pienso sino no es hasta que me escucho a mi mismo?” Es en la oscuridad, donde siempre encontramos los pensamientos más bellos. Es el hecho de decir en voz alta lo que nos obliga a escucharnos. Este gesto nos proporciona una ligera distancia frente al peso de la realidad. Nada que hacer. Ningún lugar a donde ir.
Esta serie de videos “Here, I a.m.” de Jone San Martin tiene mucho de este gesto. Hablan por sí mismos. Nos obligan a descubrir las agradables posibilidades de las limitaciones, del espacio y del tiempo. El cuerpo se convierte no solo en medio, sino también en mensaje. Cada uno de los espacios de nuestro hogar, como aquel espacio íntimo y protector, son ahora ese elefante blanco que nos acompaña a todos nosotros desde nuestros hogares.
Mikel R. Nieto Barcelona, 4 de Abril de 2020.
