El proyecto reflexiona sobre las actuales formas laborales, cada vez más volátiles y membranosas. Posibles monumentos al trabajo encargados a diseñadores 3D a través de una plataforma virtual para freelancers de todo el mundo basada en un flujo continuo de competencia, inmediatez y deslocalización. Los bocetos devienen propuestas para restituir la escultura de C. T. Perron como homenaje al trabajo, retirada del espacio público y fundida durante la Segunda Guerra Mundial. De ella solo queda una peana vacía con la inscripción “Hommage au travail”, en una plaza de Ivry sur Seine, a las afueras de París. El imaginario industrial, predominante en los monumentos, contrasta con la ausencia de referencias al trabajo cognitivo, una realidad de cuerpos dispersos frente a la pantalla del ordenador.