Rak Ti Khon Kaen (Cementery of Splendour), Apichatpong Weerasethakul, Tailandia/Malasia/Alemania/Francia/Reino Unido, 2015, 122', VOSE. DCP
Dirección y guión: Apichatpong Weerasethakul, Fotografía: Diego García, Montaje: Lee Chatametikool, Sonido: Akritchalerm Kalayanamitr, Intérpretes: Jenjira Pongpas, Banlop Lomnoi, Jarinpattra Rueangram, Petcharat Chaiburi, Distribución: Noucinemart
La nueva película del maestro tailandés es, una vez más, una película de fantasmas: todo sucede en un hospital de provincias, donde un grupo de soldados tratan de recuperarse de una extraña enfermedad. A partir de esta premisa se despliega todo el imaginario sin límites del tailandés: los muertos y no muertos conviviendo en un relato lleno de exotismo y misterio.
Estrenada en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes.
Preestreno en las salas del Estado.
RAK TI KHON KAEN (CEMENTERY OF SPLENDOUR)
Hace unos meses proyectamos en Tabakalera la primera obra del director tailandés de nombre laberíntico Apichatpong Weerasethakul, Dokfa nai meuman (Mysterious Object at Noon). Aquella película se presentó internacionalmente en el festival de Rotterdam del año 2000 y dejaba claro que ya desde sus orígenes este director ha jugado siempre en el terreno de la libertad absoluta para narrar. Ya sea a través de los relatos orales de sus personajes, ya sea a través de la sucesión de paisajes exóticos y situaciones cotidianas, Apitchatpong ha conseguido crear un universo propio y muy reconocible, una serie de películas que tienen mucho de cuento alrededor del fuego. Y como todo buen relato nocturno, la frontera entre la realidad y el sueño, entre lo tradicional y lo surreal, se difumina para dar paso a un espacio que podríamos llamar realismo mágico tailandés.
En Apichatpong la selva y la vida en provincias es el espacio en el que todo es posible: tigres blancos apareciendo y desapareciendo en la noche, monos fantasmales de ojos rojos, niños llegados del cielo, truchas enamoradizas, pájaros vampiro, militares viajando en el espacio-tiempo, médiums praparando la cena mientras observan a los no-muertos... La magia y el misterio tomándolo todo. Pero a la vez, y ya lo decíamos antes, sus personajes viven una existencia totalmente cotidiana y, a priori, del todo alejada de las tramas del cine (o de cierto cine occidental, al menos). En el caso de su última película, su actriz fetiche, Jenjira Pongpas, encarna a una mujer solitaria de mediana edad que ayuda a cuidar enfermos en un hospital. Asistimos con ritmo pausado a sus acciones del día: come, reza, trabaja, observa un lago, charla con una amiga... Y a la vez, y he aquí la peculiaridad de las películas de este director, es la protagonista de una película de fantasmas. ¿Ciencia ficción rural? Algo así, sí. O la constatación de que hay culturas en las que entre los vivos y los muertos, entre el realto imaginado y lo real, no existen fronteras.
La ascensión de Apichatpong ha sido meteórica y se ha convertido ya en un clásico del cine contemporáneo: 2002, Premio Un Certain Regards del festival de Cannes por Blissfully Yours; 2004, Premio de Jurado del festival de Cannes por Tropical Malady; 2010, Palma de Oro del festival de Cannes por Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives.
Ahora presentamos su última obra y nos permitimos un consejo después de tantos años conociendo y reconociendo la obra del tailandés: quizá se trate de dejarse llevar. De visitar Tailandia durante dos horas y del placer de dejarse llevar por su mundo, por su fascinación, por su día a día, por su libertad.
Preestreno en las salas del Estado Español de la nueva película del maestro tailandés Apichatpong Weerasethakul.