Sauerbruch Hutton Architects, Harun Farocki, Alemania, 2013, 73' JBA es / VOSE. DCP
¿Cómo funciona un despacho de arquitectura? ¿Y el pensamiento? ¿Cómo se convierten las ideas en edificios? Harun Farocki filmó durante tres meses a los trabajadores del despacho Sauerbruch Hutton para ésta, su última película.
SAUERBRUNCH HUTTON ARCHITECTS
Amarillo o granate, manillas más anchas o más estrechas, un piso o tres. Vemos las discusiones acerca de los proyectos en los que están trabajando, los dibujos y las maquetas, pero, sobre todo, las discusiones y, por lo tanto, las palabras, los argumentos, las preguntas, las dudas. El pensamiento. Muchas veces vemos en silencio tanto a los fundadores Matthias Sauerbruch y Louisa Hutton como al resto de trabajadores y clientes. Mirando en una dirección. Pensando. Parece que Farocki quería capturar justamente eso con su cámara: todo lo que pasa por la cabeza de alguien inmerso en un proceso creativo.
Notas del director:
El rascacielos GSW en la zona de Kreuzberg de Berlín lanzó a la fama a los arquitectos Sauerbruch y Hutton. La torre cóncava de 18 plantas tiene centenares de ventanas, cada una de ellas de un color ligeramente diferente a la siguiente, produciendo una composición impresionante que cambia cada día o incluso cada hora cuando los usuarios del edificio las abren o las cierran, parcialmente o completamente.
Las estructuras de estos dos arquitectos me llaman la atención. Apuestan por la eficiencia ecológica y tienen ideas magníficas. Trabajan jugando pero sin ser arbitrarios. Utilizan el lenguaje formal de la modernidad sin ser dogmáticos.
Las oficinas de Matthias Sauerbruch y Louisa Hutton están en unos barracones renovados en el distrito Moabit de Berlín. Los espacios de oficina y las salas de reuniones están distribuidos en tres plantas y el taller para construir las maquetas está en el sótano. En el estudio trabajan alrededor de 60 personas y durante los tres meses que duró nuestro rodaje estuvieron involucrados en 20 proyectos aproximadamente. El proyecto más grande era un concurso para varios rascacielos con oficinas y viviendas en Francia. El objeto más pequeño en la fase de diseño fueron las manillas de las puertas y las ventanas.
Hay reuniones casi cada día, a las que suelen acudir los arquitectos jefes. Ahí se exponen los planos y dibujos en perspectiva y se montan y preparan las maquetas, tan minuciosamente como en una instalación artística. La blanca y enorme sala de reuniones sirve de galería, iluminada por la gran cantidad de luz que atraviesa sus ventanas y claraboyas.
El objetivo de la exhibición de planos y maquetas en la sala es plantear nuevas aproximaciones al diseño. Destaca la sensibilidad estética de los trabajadores expresada a través de su apariencia y entonación de voz.
Durante la discusión todos los participantes utilizan los planos y las maquetas. En la oficina hay una clara preferencia por los prototipos materiales que por los digitales. Evitan las respuestas fáciles, que muchas veces surgen cuando hay muchos cambios. Todos los participantes le dan importancia a tratar los temas con profundidad y concreción, incluso cuestiones que ya han sido previamente discutidas varias veces. Es como si construyeran una nueva maqueta con su discurso, reimaginando y revisando una y otra vez los proyectos.
Muchas veces vimos y grabamos a Matthias Sauerbruch volver a preguntar sobre una decisión que ya se había tomado y estaba un estado avanzado. Una vez incluso justo antes de la entrega de un concurso, propuso un cambio del plan de diseño completamente diferente al que previamente se había decidido. Constantemente grabamos a Louisa Hutton replanteando un detalle que había sido discutido varias veces previamente y sobre el que ya se había tomado una decisión.
El tono de la discusión siempre es educado y respetuoso, incluso cuando es una crítica o una confrontación. Hay muchas risas e incluso cuando hay tensión, la tensión no se percibe por la manera de hablar sino por el lenguaje corporal. Nunca hay una crítica despectiva.
En una reunión entre Matthias Sauerbruch y la diseñadora de producto Meta Pop, sobre hacer las sillas plegables o apilables para el museo en Mestre, Venecia, la diseñadora propuso un material diferente. En ese momento Sauerbruch dijo,
“Desde el principio dijimos que intentaríamos encontrar un sistema interesante y constructivo que además fuera inteligible. Porque a pesar de que el respaldo de la silla del lounge es efectivamente una forma bonita y la silla es cómoda, etcétera, en realidad no se puede ver cómo está hecha. En este caso otra vez, el cómo está hecha es todavía ambiguo porque es una espuma moldeada con un cuadro de acero dentro. Y sería genial si pudiéramos encontrar algo que sea muy simple, creíble y transparente, y todavía cómodo y práctico.”
La silla del lounge de la que hablaron es uno de los productos de la firma. Por lo tanto, Sauerbruch hace una autocrítica antes de rechazar la propuesta de la colaboradora. En todas las reuniones los arquitectos jefes piden la opinión de los trabajadores, no solo de los arquitectos y diseñadores de producto sino también de los constructores de la maqueta.
El principio de búsqueda de un diseño consistentemente inteligible también está en nuestra película. No hay ninguna intervención en nuestra película de cine-directo: nunca pedimos a los protagonistas que hicieran o dijeran algo. Cumplimos con normas estrictas respecto al tiempo: cualquier cosa vista u oída era hecho o dicha en ese orden. Nada aparece en ninguna escena que hubiera pasado o hubiera sido dicha en otro lugar, antes o después, quizás sí en una escena parecida. Pero la comprensión también es un valor de producción. Para establecer nuestra aproximación tenemos que enfrentarnos a un problema de construcción.
Harun Farocki
Harun Farocki filmó durante tres meses a los trabajadores del despacho Sauerbruch Hutton para ésta, su última película.