Si queréis el goce de visión tan grata
que la mente a creerlo terca se resista;
Si queréis en una blonda catarata
de color y luces anegar la vista;
Si queréis en ámbitos tan maravillosos
como en los que en sueños la alta mente yerra
revolar, en estos versos milagrosos,
contemplad mi pueblo, contemplad mi tierra.
El pueblo de Orihuela (1930)
Miguel Hernández
Orihuela es un pueblo del interior del mediterráneo compuesto de secano y huerta, alejado de las playas de arena blanca tan características de la provincia de Alicante. Situado en el extremo suroccidental, colindante con la región de Murcia, el pueblo queda dividido tras el paso del río Segura, que le proporciona, gracias a su caudal, una riqueza de olivos, almendros, algarrobos, viñedos, hortalizas y frutales.
Pueblo (2015) es el primer cortometraje de la alicantina Elena López Riera, dedicado a su Orihuela natal. Sus dos siguientes cortometrajes, Las vísceras (2016) y Los que desean (2018), también se han empapado de atmosféricas procesiones nocturnas, de asfaltos humeantes y leyendas heredadas, de colombicultura y conejos desollados, componiendo una especie de tríptico elemental sobre la alquimia oriolana.
"De la tradición del lugar en el que me he criado, de mi abuela, de mis tías, mis vecinas, de mi madre, y de una manera de contar el día a día, donde los milagros de los santos se mezclaban con todo tipo de supersticiones y los muertos venían a visitarnos y a charlar, como mi abuelo, que estaba aunque no estuviera" señala Elena en referencia a su primer largometraje, El agua (2022). Lo que podría tratarse de una premisa conceptual que aunase sus tres cortometrajes anteriores, resulta la base de su proyecto fluvial, estrenado en la Quinzaine de Réalisateurs del pasado Festival de Cannes y desarrollado en la residencia artística Ikusmira Berriak, coorganizada por el Festival de San Sebastián, Tabakalera y Elías Querejeta Zine Eskola.
Durante los últimos años, el viaje cinematográfico y sentimental hasta la finalización de El agua que le ha llevado a Elena a alzarse con sendos premios en diversos festivales internacionales, puede contarse paralelamente con el recorrido en la ciudad de Donostia y en concreto en el edificio de Tabakalera.
En 2018, tras ser seleccionada como residente en la cuarta edición de Ikusmira Berriak, compitió en la sección Zabaltegi-Tabakalera del Festival de San Sebastián, donde se llevó una mención especial del jurado por Los que desean. Simultáneamente, se alzó, gracias a su proyecto en desarrollo El Agua, con el Premio Rec (ahora Irusoin) de Ikusmira Berriak, otorgado por la industria en el marco del certamen donostiarra. Fue en este espacio de industria, además, en el que la oriolana consiguió a su coproductor español, Suica Films.
Elena, que ha sido profesora de cine en la Haute École d’Art et Design (HEAD) de Ginebra, se unió el pasado año al cuerpo docente de Elías Querejeta Zine Eskola como tutora de proyectos de creación y el mismo año regresó a la sección Zabaltegi-Tabakalera como jurado junto a Sergio Oksman y Miriam Heard.
El viaje transitado en Z365, el área estratégica de todo el año del Zinemaldia, lo ha cerrado este mes de junio con una sesión retrospectiva dedicada a sus tres cortometrajes en la pantalla compartida de Tabakalera dentro del foco Zinemaldia + Plus, convirtiéndose así en una de las máximas expresiones de la apuesta por la formación y los nuevos talentos del Festival: el camino entre el cultivo cuidadoso de semillas al florecimiento más frondoso.
A la espera del estreno de ese ejercicio líquido de culminación que es El Agua, Elena López Riera ha internacionalizado con sus imágenes empapadas de fábula lo que el poeta compatriota se propuso hacer con sus palabras.
Volverás a mi huerto y a mi higuera…
Irati Crespo