1. INT. TABAKALERA, CINE - DÍA
Fuera llueve y hace frío, deducimos que es invierno. Un grupo de mujeres con abrigos, bufandas y mochilas de colores entra a la sala de cine a cuentagotas. Algunas se saludan, parece que llevan tiempo sin verse. Otras se presentan, se acaban de conocer. Van poco a poco ocupando las primeras filas de la sala.
Se apagan las luces de golpe y se apresuran a tomar asiento. Aparece en la pantalla Agnès Varda, en primer plano, retando a las espectadoras: les propone un juego.
"Cuando rodé "Ulysse", me di cuenta de hasta qué punto cada persona puede interpretar una imagen de una manera distinta. Entonces me vino la idea de una serie en la que cada día enseñamos una foto a la misma hora, en la televisión, durante diez o quince segundos, sin decir nada, ni de quién es, ni dónde ha sido tomada la foto, ni lo que representa…”
A continuación, en la pantalla se suceden diferentes fotografías. Un plano de Léo de 5 á 7, el retrato de una mujer en Argelia, un collage, una foto de mayo del 68, una fosa común, el autorretrato de dos amantes. Una imagen tras otra. Tras observar cada imagen en silencio absoluto, y como si de un concurso se tratase, Varda desvela quién la tomó y la analiza más detalladamente. Revela, por ejemplo, que el retrato de grupo que vemos en la pantalla pertenece a su familia. Era 1913 y la familia Varda al completo posaba ordenadamente, en fila. Y por altura, no por edad. Pero algo no encaja en la foto. Y es que todos miran a cámara, menos dos mujeres. Su madre y su abuela buscan algo concreto fuera de campo.
¿Qué buscan? ¿Por qué sólo ellas?
La luz de la pantalla ilumina los rostros de las espectadoras. Y así, jugando a leer imágenes con Agnes Varda, es como arranca el encuentro del programa NOKA Mentoring que reúne a las directoras seleccionadas y tutoras de las tres primeras ediciones del programa.
2. INT. TABAKALERA, PLATÓ - DÍA
Una sala de baile y ensayo convertida en espacio de trabajo por varios días. Las mismas participantes que hemos visto en la sala de cine van tomando asiento alrededor de una gran mesa ubicada en el centro de la sala. Una de ellas busca un disco duro en su mochila, conecta su ordenador portátil a la pantalla y prueba el sonido.
¿Se ve bien? ¿Se escucha?
Empiezo.
Y arrancan las sesiones, las conversaciones, en las que cada directora comparte los materiales de su disco duro -El dossier, la escaleta de guión, los brutos del primer rodaje, el teaser - Así como comparte el momento en el que se encuentra su proyecto. El futuro de las cineastas, las cineastas del futuro.
En orden; Estibaliz Urresola sobre 20.000 especies de abejas; Tamara Lucarnini sobre El peso; Irati Gorostidi sobre Anekumen; Sara Fantova sobre Jone, a veces; Marina Palacio sobre Y así seguirán las cosas; Clara Rus sobre Este lugar y no cualquier otro; Maddi Barber sobre Claros de bosque; y Nagore Eceiza sobre If you wish to make an apple pie.
Se desencadenan tanto la escucha activa como los debates. Cuestiones como las siguientes se adueñan de las reflexiones: ¿Qué herramientas tenemos para “trabajar con la vida” en el cine? ¿Cómo dar con la persona adecuada en un casting? ¿Intuición o formación? ¿Cómo mostrar el amor incondicional en la pantalla? ¿Qué referentes tiene cada película? ¿Cómo alcanzar ese “claro de bosque” cinematográfico que María Zambrano tan bien describió y que Maddi ahora comparte a viva voz?
El claro del bosque es un centro en el que no siempre es posible entrar...
Es otro reino que un alma habita y guarda…
No hay que buscarlo. No hay que buscar.
Es la lección inmediata de los claros del bosque:
no hay que ir a buscarlos, ni tampoco a buscar nada de ellos.
La conversación tan sólo es interrumpida cuando el fotógrafo accede a la sala para capturar el momento. Y como si de la familia Varda se tratase, retrata a la familia NOKA. Tres promociones juntas, todas mirando al mismo punto: Celia Rico, Nagore Eceiza, Irati Gorostidi, Estibaliz Urresola, Tamara Lucarnini, Vanesa Fernández, Mar Coll, Maddi Barber, Clara Rus, Sara Fantova, Marina Palacio, Noemí Cuetos, Lur Olaizola y Sara Hernández.
Epílogo
INT. TABAKALERA, CINE - DÍA
Reconocemos la misma sala de cine. Los créditos de un western en pantalla. Se encienden las luces y Maider Oleaga da cierre al encuentro. Sentada informalmente en la primera fila de la sala de cine, comparte el proceso de su última película Kuart Valley con las participantes. Su acercamiento al proyecto, su mirada como directora, sus dudas en el camino y el resultado final. De eso va este encuentro.
La sesión western termina con el visionado de una secuencia concreta, el inicio de Forty Guns de Samuel Fuller. Barbara Stanwyck sobre un caballo blanco liderando un ejército de vaqueros. Maider al frente de esta película de vaqueros contemporánea.
El encuentro en cambio finalizará en otro lugar, en torno a una comida, todas juntas, buscando esas películas que pronto se verán en la pantalla, aquellas que quedan por hacer. Quizás ese es el fuera de campo al que miran fijamente las cineastas de NOKA.
