Frédéric Jouanlong

Foto: Tonio Modio

 

Frédéric Jouanlong lleva tiempo siendo «diverso»: es cantante, poeta, intérprete, músico, artista visual, bailarín, y actúa tanto solo como acompañado.

 

Lo es todo al mismo tiempo y para hacerlo todo no cuenta más que con su cuerpo y su voz, que son casi suficientes. Casi suficientes, pues a veces emplea un sámpler con el que crea en el escenario bucles grabados de su propia voz, que luego superpone a sus voces. Así, obtiene precipitados temporales que mezclan lo que acaba de cantar con lo que se está cantando en el momento y que puede convertirse en una parte de la futura canción. Esta polifonía de una sola voz genera un espacio de sonido extraño de dimensión temporal improbable.

 

Las capas de voces superpuestas sugieren paisajes sonoros singulares  habitados por figuras compuestas, humanas y animales, en los cuales es posible circular. Actúa en diferentes escenarios solo, en dúo o en varios grupos: grupos musicales de rock o electrónicos, actores, bailarines. Esta disposición artística es una muestra de su gran ambición, pero  también indica que Frédéric Jouanlong nunca se va a ceñir a la estrecha estructura de una disciplina. Es consciente de que otros artistas han hecho lo mismo antes, desde acciones dadaístas hasta actuaciones actuales de artistas y poetas sonoros que considera sus referentes. Es un lúcido creador que sabe cómo situarse en el campo de la creación contemporánea, pero lo que sugiere en el escenario es a menudo atemporal. El pasado y la relación distante con lo inmediato, los ensayos  preparan la sorpresa. El sonido de las palabras que emplea son a menudo más inteligibles que su significado y la autonomía de su lenguaje poético opera más allá del lenguaje funcional. 


Monique Larrouture-Poueyto