La Sugar Detox Clinic es una clínica de desintoxicación de la adicción al azúcar que se sitúa a medio camino entre una parodia de la industria de las terapias y una distopía futurista de una sociedad controlada por la dulzura. Los tratamientos, adaptados a los perfiles de distintos consumidores adictos, se basan en estudios sensoriales que demuestran que la percepción del gusto está influenciada por los cinco sentidos: el gusto y el olfato, pero también el oído, el tacto y la vista. En Clínica Sugar Detox la adicción se trata con el producto que probablemente mejor resume nuestra complicada relación con el azúcar, el peor de los peores: Ominol. Diseñadas en colaboración con BCC Innovation y el colectivo Food Hack Lab, las cinco gominolas que se ofrecen como tratamientos (una para cada tipo de diagnóstico) son a la vez un prototipo de innovación alimentaria y una pequeña obra de arte dentro de una obra de arte. Como experiencia sensorial, la gastronomía se proclama como un arte que combina capacidades creativas y conocimientos científicos. El espacio de la cocina es también un lugar social y al mismo tiempo un laboratorio doméstico. En Sugar Detox Clinic, esta diversidad se cultiva desde el diseño especulativo. Si el diseño industrial crea herramientas para el mercado, productos que responden a un problema o necesidad, el diseño especulativo explora en torno a conceptos, proponiendo preguntas o experiencias que amplían las perspectivas sobre ese problema.
