Las plumas

He comenzado Las plumas revisitando la pieza Kinkan Shoren de Ushio Amagatsu, la performance Organic Honey Visual Telepathy de Joan Jonas, la película Carnet de notas para una orestiada africana de Pier Paolo Pasolini, una serie de obras con las que me identifico, a partir y a través de la idea del tiempo, de un presente singular y de una respiración común. La materia de las acciones se localiza en un juego de rituales e imágenes ambiguas tanto por la cualidad de intimidad que emana de los contenidos que trata, como en la relación con el público. Lo que he querido trabajar en Las Plumas consiste en ejecuciones muy sencillas, como escribir y borrar, tararear, algo hecho como a mano; donde la naturaleza o la disposición hacia la naturaleza que se ocupa o se quiere ocupar está presente. Siempre hay en esos parajes pesar, pero también hay siempre una grata calma, pues en ellos está siempre presente la meditación.

Es un intento de trabajar en un tiempo analógico, como si estuviéramos en el interior de un reloj de arena y nos trasladáramos sobre esa arena que se mueve y que modifica la superficie que pisamos. La invitación a la cámara que filma y proyecta en vivo deslocaliza el suceso, en un encuentro entre la grabación de este presente y un futuro encuentro con otro posible espectador en una tentativa de contacto.

Con: Juan Loriente y Ion Munduate
Cámara y edición: Tamara Garcia Iglesias
Asistencia artística: Blanca Calvo
Con la ayuda de las Becas de Artes plásticas del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco.
La obra ha sido producida con la colaboración de Tabakalera.