Eduardo Williams (1987, Argentina) estudió en la Universidad del Cine en Buenos Aires, antes de ser parte de Le Fresnoy - Studio national des arts contemporains en Francia. Sus primeros cortometrajes se rodaron en Argentina, pero sus más recientes trabajos, filmados en diferentes países, incluyen la incertidumbre del movimiento y las conexiones espontáneas hechas en diversos contextos como una parte central de su trabajo. Pude ver un puma (2011) y Que je tombe tout le temps? (Que caigo?, 2013) fueron estrenados en Cinéfondation y la Quincena de Realizadores en el Festival de Cannes. Pude ver un puma participó también en el Encuentro Internacional de Estudiantes de Cine del Festival de San Sebastián. Tôi quên rồi! (Me olvidé!, 2014) tuvo su premiere en FIDMarseille.
Sus cortometrajes se han programado en forma de retrospectiva en centros como la Cinémathèque Française de Paris y en el Festival Internacional de Valdivia, Chile, entre otros. Su primer largometraje, El auge del humano (2016), ganó el premio de mejor película en la sección Cineasti del Presente en el Festival de Locarno y fue luego mostrado en Toronto International Film Festival - Wavelengths, New York Film Festival - Projections, Tate Cinema, Viennale y Festival Internacional de Cine de Mar Del Plata, entre otros. El Tabakalera programamos este largometraje dentro de nuestro ciclo de La era atómica.
Tan atentos, Argentina, 2011, 7'
Pude ver un puma, Argentina, 2011, 17'
El ruido de las estrellas me aturde, Argentina, 2012, 20'
Que je tombe tout le temps? (¿Que caigo?), Arg, 2013, 15'
Tôi quên rồi! (¡Me olvidé!), Francia-Vietnam, 2014, 29'
La sesión que presentamos es un experimento: se trata de proyectar todos sus cortos, uno tras otro, separados por un breve pantallazo en negro, como si formaran parte de un proyecto único. Y sólo al final apareceran los títulos de crédito finales de todos los trabajos. Así lo explica su director: "Creo que es interesante ver los cortos juntos porque hay ideas similares que se desarrollan en cada uno e intentan buscar su camino de maneras diferentes. Me parece que el hecho de mostrarlos sin los créditos al final de cada uno, sino solo separados por un momento de negro, apoya la idea de continuidad y crea una posibilidad única de verlos de una manera diferente, casi como una obra nueva, que no es un largometraje, ni cinco cortos diferentes exactamente".
Sesión de cortometrajes de Teddy Williams.