"Lau noten opera" está compuesta exactamente con cuatro notas hábilmente moldeadas para que parezcan infinitas. Sus cinco personajes parodian las cinco voces de una ópera en una divertida comedia coral. Según la tradición que heredamos del teatro, los personajes no tienen la necesidad de ser conscientes de su existencia en un escenario. Su misión consiste en ser completamente obedientes, ajustarse al mundo que el autor ha creado, dejando de lado cualquier tipo de especulación particular.
Cuando en 1972 Tom Johnson estrenó “Lau noten opera”, realizó una proeza que parecía imposible. Efectivamente, sus 65 minutos de música se mueven exclusivamente en torno a las notas la, si, re y mi, pero con ese material tan escueto logra llevar a cabo toda una revisión crítica y mordaz del género, con cinco personajes que parodian las cinco voces de una ópera y que se relacionan entre sí en una divertida comedia coral. Partiendo de esta idea tan peregrina, Johnson logró dar forma una acción teatral de gran carisma, convirtiéndose rápidamente una de las óperas de creación reciente más exitosas de las últimas décadas, que se ha representado por todo el mundo y traducido a múltiples idiomas.
En “Lau noten opera”, los cinco personajes parodian las tradicionales voces del canto lírico (soprano, mezzosoprano, tenor, barítono y bajo) empleando solo cuatro notas hábilmente moldeadas para que parezcan infinitas. Johnson estudia de esta forma la esencia de la ópera como género y repasa sus convenciones, en base a una tradición heredada según la cual, los personajes no tienen la necesidad de ser conscientes de su existencia en un escenario. Su misión consiste en ser completamente obedientes, ajustarse al mundo que el autor ha creado para ellos, dejando de lado cualquier tipo de especulación particular. Pero los protagonistas de “Lau noten opera” tomarán, en un momento dado, consciencia de su existencia en el interior de una representación teatral y la historia se bifurcará por derroteros inesperados.
La representación que se podrá disfrutar en Tabakalera está planteada en un formato semiescenificado y cuenta con una nómina de cinco solistas vocales para dar vida a sus personajes. Los cinco cantantes, todo ellos vascos, son bien conocidos en nuestro entorno.
La dirección de escena corre a cargo de Ekaitz Unai González y la dirección de escena musical de Arkaitz Mendoza , mientras que Malús Arbide es la encargada del vestuario. El reparto está formado por la soprano Miren Urbieta-Vega, la mezzosoprano Marifé Nogales, el tenor Beñat Egiarte, el barítono Fernando Latorre y el bajo Pedro LLarena. Todos ellos acompañados al piano por Pedro José Rodríguez.
La ópera en euskera es una coproducción de Tabakalera y la Quincena Musical y se incluye dentro del ciclo de música contemporánea del festival de música que este año celebra su 80 edición.
Desde que Tom Johnson creara “La ópera de cuatro notas” en 1972, no se ha dejado de interpretar cada año por todo el mundo y en múltiples idiomas. En Tabakalera