Variety, Bette Gordon, EEUU, 1985, 100’
Christine (Sandy McLeod) es una joven que busca trabajo en el Nueva York de los años ochenta. Una amiga le ofrece un puesto en la taquilla de un cine porno cerca de Times Square y es ahí donde se desarrolla su historia.
Esto es verdadero cine independiente de cuando Nueva York era el centro del mundo. Las películas underground se construían con amigas y una cámara de 16mm. En este caso, los amigos se convirtieron después en grandes nombres de la escena artística: la fotógrafa Nan Goldin y el actor Mark Boone Junior haciendo de cómplices de Chistine; el músico y actor de las películas de Jim Jarmusch John Lurie como compositor de una banda sonora nocturna y con luces de neón; Tom DiCillo (otro “Jarmuschiano”) en la dirección de fotografía; y guión de la novelista de culto Kathy Acker.
El resultado es un viaje al interior de una mujer que busca su lugar en el mundo: sexualidad, autodescubrimiento, pornografía, soledad, deseo, fantasía, obsesión, y una ciudad nocturna como escenario para este deambular de Christine de una avenida a otra, de una vida posible a otra.
Estamos ante uno de esos títulos imprescindibles para entender ese momento en el que ciertas películas fueron como discos de culto: su música y sus imágenes marcaron a toda una generación y ahora toca rescatarlas.
Christine (Sandy McLeod) es una joven que busca trabajo en el Nueva York de los años ochenta.