Sábado, Juan Villegas, Argentina, 2001, 72’
Un sábado en una Buenos Aires desolada y casi irreconocible. Una pareja acostumbrada a su aburrimiento cotidiano, una chica que ya decidió que quiere estar sola, su novio que no quiere aceptarlo, un actor famoso que no parece estar a gusto en ningún lado y una chica que cree divertirse sin notar que se aburre todo el tiempo. Una comedia melancólica sobre la incomodidad y el miedo. Y una de esas películas de historias cruzándose, con personajes a la deriva en medio de la gran ciudad.
La ópera prima de Juan Villegas podría describirse como una mezcla de situaciones a lo Eric Rohmer con el humor melancólico de Martín Rejtman, que dos años antes se había estrenado su segundo largometraje, Silvia Prieto (1999). Nadie se comunica con nadie en Sábado, aunque lo intentan. Hablan y hablan y hablan, pero todo queda en una colección de monólogos. Hasta que llega el silencio. Hasta que llega el domingo, metáfora perfecta del final de una etapa y el inicio, quizá, de algo que aún ninguno de los personajes sabe cómo definir.
Premio a la mejor película en el Festival de Sarajevo de 2002.
Una comedia melancólica sobre la incomodidad y el miedo. Y una de esas películas de historias cruzándose, con personajes a la deriva en medio de la gran ciudad.