Natascha Sadr Haghighian adopta diferentes nombres e identidades, dependiendo de la obra o del contexto. En la exposición encontraremos dos de sus obras. Una de ellas es vice/virtue. En ella vemos dos imágenes en continuo movimiento proyectadas sobre hojas blancas apiladas. Una imagen representa un patio carcelario y la otra un escenario. Cada veinte segundos las imagenes giran convirtiendo la cárcel en escenario y el escenario en cárcel. Sadr relaciona la vigilancia con el espectáculo. Dos conceptos de exposición aparentemente opuestos: mientras un foco presume de vicio, el otro presume de virtud; mientras un haz de luz expone para castigar, el otro expone para recompensar. Atrapados en un giro perpetuo, los escenarios del crimen y el castigo frente a fama y recompensa se convierten en condiciones de una misma máquina segregadora, que aísla constantemente los elementos y los separa en buenos y malos, adorados y odiados, elegidos y excluidos.
