Mutia

Mutia es una instalación realizada a partir de los materiales de investigación y archivo coleccionados y realizados durante la preparación de la película Cemetery (2019). En su formato de instalación para Scala, Mutia  recoge una composición de 13 horas realizada en una  jungla imaginaria que rodea el cementerio de elefantes mitológicos en que se basa la película. El ambiente sonoro de la selva que se escucha en Scala, coincide con los diferentes momentos del día y amplían la sensación inmersiva propia de la estética del paisaje sonoro.

El arqueólogo David Lewis-Williams es conocido por su tesis de que el origen del arte prehistórico bien podría responder a un patrón neurológico. Una afirmación basada en los vínculos que el autor encuentra entre el ritual religioso y los estados de conciencia alterados, así como en las semejanzas formales entre figuras chamánicas realizadas en roca  provenientes de geografías dispares como África o Norteamérica. Más allá de si logra o no responder a cuestiones tales como el origen del arte rupestre, lo cierto es que el valor de las conjeturas que realizó residen en su capacidad de poner en juego la formación de la consciencia, el poder de las imágenes y los sistemas de creencias que los humanos desarrollamos, de una forma novedosa y original. Para Lewis-Williams, sería la naturaleza cambiante de la consciencia humana la que habría llevado a la gente a suponer que había otra esfera de existencia y no al revés.

Desde esta perspectiva podemos encontrar ciertas analogías con Mutia, la propuesta de Carlos Casas para Scala. Como artista comprometido con el material audiovisual, Casas se caracteriza por el cuestionamiento de su poder fisiológico y su capacidad de capturar y dar forma al sistema nervioso humano. En palabras del propio artista, Mutia surge de un ejercicio en el que trata de imaginar cómo podría sonar una selva y un paisaje destinados a proteger un mito topográfico: el cementerio de elefantes. Y será esa voluntad hacia la composición de lugar lo que le lleva a crear toda una serie de paisajes sonoros y de atmósferas basadas en grabaciones de campo, captación de radiofrecuencias, constelaciones de imágenes y registros gráficos. La diligencia con la que el artista desarrolla todas estos recursos estéticos serían la prueba fehaciente del deseo que le mueve por acceder a ese lugar mentalemente desde la imaginación. 

Cabe recordar que Mutia nació primero como un programa de radio imaginario cuyas resonancias atravesaban la jungla y que sólo más tarde se convertiría en un disco y ahora finalmente en una instalación sonora que usa la arquitectura de Tabakalera para crear una versión específica para el espacio.

Al deambular por las escaleras de Tabakalera, el público interesado puede acompañar al artista en su propósito de preguntarse por las relaciones que se establecen entre su cuerpo y el espacio que le rodea. Descubrir las reelaboraciones de materiales de archivo que inspiraron y que ayudaron al proceso de creación del artista. Preguntarse sobre la cultura, los mitos y el imaginario que dan forma constantemente a esta experiencia que podríamos situar en una suerte de flujo que oscila entre lo real y lo imaginario, entre lo onírico y lo natural, en una suerte de tactibilidad de la que lo visual y lo sonoro no estarían nunca del todo exentos. En realidad, podrá optar entre pasear por Tabakalera o hacerlo por la mismísima selva, comprobando las reacciones que se van produciendo durante este eventual desplazamiento. Discurrir, pensar en lo que significa estar presente y también en aquellos sobresaltos y regularidades que conforman el flujo de la consciencia. Aunque en última instancia, también podrá buscar refugio en algún lugar del tiempo y tratar de abstraerse de todos y cada uno de sus pensamientos.

FICHA TÉCNICA

Duración: 13 horas
De lunes a domingo de 9:00 a 22:00
2022/07/14 - 2022/10/23
 

Instalación sonora creada a partir de una invitación de Tabakalera
Comisariado por Oier Etxeberria.
Mezcla y localización de sonido: Marc Parazon.
Producción y adaptación espacial: Xabier Erkizia.
Agradecimientos: Chris Watson, Tony Myatt, Joyce Poole, Elena Hill, Krysztof Dabrowsky, Olivier Marbouef y Saodat Ismailova.