Estas sesiones forman parte del programa académico de la EQZE, por lo que todas las proyecciones irán acompañadas de una presentación - clase magistral previa.
Foco coorganizado entre Elías Querejeta Zine Eskola y Tabakalera.
¿Cómo sería una historia permanente del cine que revisitara una y otra vez sus fuentes para reescribirse continuamente? Esta pregunta con forma de microrrelato borgiano da pie a este ciclo-asignatura que ponemos en marcha este año. Cada curso, pediremos a un profesional del medio (cineastas, artistas, teóricas, etcétera) que elabore su particular selección de películas de la historia del cine para, a partir de esa lista de títulos (más o menos canónica, más o menos personal, más o menos abismal, más o menos cronológica), conformar un punto de encuentro para seguir reflexionando sobre las historias posibles e imposibles de los cines. Estas sesiones forman parte del programa académico de la EQZE, por lo que todas las proyecciones irán acompañadas de una presentación - clase magistral previa.
HISTORIAS DEL CINE I
Este curso el ciclo correrá a cargo de Santos Zunzunegui. Nacido en Bilbao en 1947, es catedrático Emérito de Comunicación Audiovisual y Publicidad (Universidad del País Vasco). Semiólogo, analista e historiador cinematográfico. Ha sido profesor invitado en diversas universidades de Europa, EE. UU. y América del Sur. Entre sus principales libros se cuentan: Mirar la imagen (1984); El cine el País Vasco (1985); Pensar la imagen (1989); La mirada cercana. Microanálisis fílmico (1996; nueva edición revisada y ampliada 2016), Robert Bresson (2001); Historias de España. De qué hablamos cuando hablamos de cine español (nueva edición revisada y ampliada, 2018); Metamorfosis de la mirada. Museo y semiótica (2003; versión italiana Metamorfosi dello sguardo, 2011); Orson Welles(2005); Las cosas de la vida. Lecciones de semiótica estructural (2005); La mirada plural (2008), ganadora del Premio Internacional de Ensayo “Francisco Ayala” y cuya traducción al italiano ha aparecido en 2015 con el título de Lo sguardo plurale. En 2013 publicó Lo viejo y lo nuevo (Cátedra) donde se recogen cinco años de su trabajo en Caimán. Cuadernos de Cine, revista de la que es miembro de su Consejo Editorial. En 2017 apareció su Bajo el signo de la melancolía. Cine, desencanto y aflicción, ambicioso estudio sobre la dimensión fílmica de esa “enfermedad cultural” denominada melancolía. Su último trabajo es Ver para creer (2019), un amplio ensayo sobre la noción de "verdad documental” y sus derivaciones fílmicas.
“Me veo a mi mismo entrar en un viejo cine de barrio. Cuando alcanzo la sala, la oscuridad reina en ella al tiempo que en la pantalla unos relamidos aristócratas destilan vitriolo contra todo lo que desafía las apariencias bienpensantes. Un caballo abatido por las balas cuelga impasible desde uno de los puentes que atraviesan el Neva. De improviso, los prisioneros se levantan y entonan desafiantes La Marsellesa, mientras la cámara los envuelve en un cálido movimiento. A la puerta de su casa, un hombre desolado ve cómo su mujer y sus hijos pequeños le abandonan sin comprender que tiene una inexorable misión que cumplir. En la plomiza madrugada los cuerpos de los partisanos son arrojados a un río que les va a servir de sudario. La caravana de excluidos atraviesa el desierto interminable en busca de un nuevo hogar. Tras la disolución de la familia solo permanece el viento agitando los campos de cebada que esperan su cosecha. Una viejecita se sienta en la veranda con un rifle en su regazo para defender la inocencia de la niñez. Sobre la página cuadriculada de un cuaderno idéntico a tantos otros como los que tan a menudo rellené en mi infancia, una mano escribe: "je sais que d'habitude...". El sol se levanta sobre el mar en las cercanías de Lubeck mientras el doble coro implora a Jesús que tenga piedad de nosotros. En la lejanía, Hossein alcanza a Tahereh entre los olivos en busca de la respuesta anhelada. Una voz susurrante me recuerda que el cine es el espacio que habitan todas las historias, todas las que ha habido, todas las que habrá. Belleza fatal. Me levanto. Me pongo en pie a duras penas y salgo al exterior después de haber atravesado el paraíso en sueños. Esta es mi experiencia profunda de espectador cinematográfico. La de haber asistido (y seguir asistiendo) a un filme imaginario e interminable en el que se anudan, en una ronda sin fin, imágenes que el viento de múltiples relatos ha reunido en una narración singular que sólo ha sido contada para mí”.
HISTORIAS DE CINE II
"Los ciclos retornan, como las estaciones, y no se parecen. O mejor dicho, no se parecen en la superficie pero responden al mismo impulso primordial: Ajustar cuentas con esas historias que el cine nos ha propuesto y nos han acompañado de forma más o menos secreta a lo largo de nuestra vida. Como dice Godard en sus Histoire(s) du cinéma (recuerden, lo vimos en Historias de cine 1), parafraseando al filósofo, “el cine, como el cristianismo, no se funda sobre una verdad histórica, nos propone un relato, una historia y nos dice ahora: cree, cree en lo que sucede”.
Por eso les propongo acompañarme en un retorno a la jungla de las ciudades siguiendo la trayectoria de abogados corruptos marcados por el signo de Caín, o la de jóvenes que se buscan la vida en el escenario o en las bambalinas del teatro en un mundo dominado por el dinero, dedicar una parte de nuestro tiempo a extraviarnos por los laberintos barrocos de un carnaval desenfrenado o a cabalgar por los más insondables territorios de un desierto sin puntos de referencia. Pero también me gustaría invitarles a reconocer que el mundo puede adoptar, durante una hora y media inolvidable, la forma de un serial de espías o de un melodrama exótico cuando no celebrar el narcisismo incansable de un cuentacuentos genial. O asistir a la transmutación que convierte los desolados páramos arrasados por el viento implacable del Yorkshire inglés en la cálida tierra del México colonial, volviendo como un guante cumbres en abismos, o ser testigos del fuego implacable que devora los trigales de la ubérrima Ucrania mientras se combate sin tregua al invasor de la madre patria.
Porque no siempre las cimas más altas ofrecen las mayores recompensas que, no pocas veces, quedan reservadas para más modestas alturas, les propongo en trece sesiones explorar territorios poco frecuentados y obras en algunos casos secretas cuya condición de eso que suele sepultarse bajo la denominación de obra maestra está aún por dilucidar. Pero que hacen buenas, todas ellas, la fórmula que señala que “el cine sustituye para nuestra mirada un mundo acorde con nuestros deseos”. Historias de cine 2 es una posible ilustración de esa operación de mutación mágica del espacio y el tiempo. Un tiempo que no se pierde sino que se despliega en una inesperada profundidad a la que no hubiéramos sido capaces de acceder en solitario".